ARTE
Y
FIGURA
POR “EL NOLO”
Continuamos con Libro “Antonio Bienvenida, El Arte del Toreo”, por José Luis Rodríguez Peral
Timoteo Rodríguez
De acróbata en el circo a torero en el ruedo, por el amor de una mujer, viviendo una historia romántica, muy de fines de siglo, para terminar trágicamente muerto por un toro, entre el sol y la algarabía de una fiesta provinciana.
Tal es una síntesis burdísima de la biografía de Timoteo Aguirre, primer esposo de la legendaria María Aguirre “La Charrita Mexicana”. Nadie sabe cuando y como decidieron unir sus vidas, tanto en lo profesional como en lo afectivo, para hacer una gira taurina de la frontera del norte del país hacia la capital. El, capitán de cuadrilla. Ella, amazona, que ponía banderillas a caballo. Francisco Aguirre “El Gallito”, hermano de la guapísima rejoneadora y cuñado por tanto de Timoteo, era maestro de ambos en las lides taurinas, así como su eficaz colaborador.
Habría que conocer los detalles para poder describir las ilusiones, los triunfos y los fracasos de aquella cuadrilla, que se lanzaba a los pueblos en busca de toros que embistieran y caballos aptos tanto para el rejoneo como para la pica. Sin duda todos vivieron autenticas aventuras en una época heroica, hasta que Timoteo cayó como los grandes en el ruedo de Durango.
Pedro Nolasco Acosta
Espada potosino que gozó de un gran cartel en la región durante el último tercio del siglo XIX. Fue aprendiz de torero en el rastro de su ciudad natal, y luego perteneció a la cuadrilla de toreros afamados, como Bernardo Gaviño y Jesús Villegas “El Catrín”. Empezó a declinar con el auge de las estocadas en lo alto, a la española, en vez de las metisacas en los bajos que formaban parte del repertorio de las suertes mexicanas. Ponciano Diaz le confiere la alternativa. Aunque jamás salió de su estado natal, alcanzo justa fama y relativa fortuna. Muere en 1914, ya en plena época revolucionaria.
Rafael Corona
Contemporáneo de Nolasco Acosta, pero con un radio de acción distinto. Nativo de Morelia, perteneció primero a las cuadrillas de “El Catrín” y Lino Zamora, toreó mucho en los estados de Michoacán, Guanajuato y Puebla, sin llegar jamás a la capital. Muere en el año 1985 de tuberculosis, la terrible peste blanca, cuando contaba solamente 43 años de edad.
Continuará… Olé y hasta la próxima.