Sin esperar a que el futuro nos alcance, los nuevos “monstruos” del fútbol rápido, ya están en sintético de la Liga CasaBella y se encuentran ya conquistando sus primeros títulos, siendo aclamados por las multitudes, tal y como quedó demostrado el pasado 1 de octubre en la final de la categoría 2017-2018 donde la escuadra del Juventus Kids derrotó por 5-3 al Santa Fe, en un partido donde ambos equipos dejaron al descubierto la calidad de jugadores que estarán triunfando en las canchas desde hoy y durante los próximos años.
Con gran aplomo, sin inhibiciones, pero con mucha firmeza, niñas y niños de apenas 4 y 5 años, saltaron sobre el mini rectángulo de 4 porterías, para aplicar las enseñanzas adquiridas en los entrenamientos y en los juegos anteriores al compromiso final, anteponiendo primero la diversión antes que la competencia o los títulos.
Como hormiguitas tras un grano de azúcar, a veces en bola y en muchas otras rival contra rival los pequeños futbolistas luchaban por adueñarse del esférico para anidarlo en el fondo de las redes, mientras escandalosas voces se desgañitaban al quererlos dirigir desde las gradas.
El primero en tener la fortuna de encontrar la portería rival, fue Alán Andrés Márquez del equipo Juventus Kids, quien demostrando una buena conducción de balón y fuerte golpeo puso 1-0 para su equipo, pero con la sorpresa de que el Santa Fe respondería en forma inmediata por conducto de Brayan Hernández quien podría el empate 1-1.
Pero fueron la escuadra del Juventus logró retomar la ventaja en el marcador con un doblete de Mateo Moran que mandaría las acciones al descanso con un 3-1 favorable para su escuadra.
La inyección de ánimo luego del receso surtió efecto inmediato para los del Santa Fe, quienes a través de Lucas Silva los acercaría con el 3-2, iniciando un juego de ida y vuelta ya que Mateo Morán colocaría el 4-2 para el Juventus, pero Brayan Hernández respondería con el 4-3, hasta que finalmente Matero Morán daría con el 5-3 el título para los Juventus Kids en medio de un partido, donde ninguno de los equipos merecía la derrota.
Al termino del juego y en una fraternal comunión, ambas escuadras celebraron juntas el haber participado en lo que para ellos es realmente todavía “un juego” el participar este deporte, aunque las porras de sus papás sean como grito al cielo señalando la llegada de los “nuevos monstruos del fútbol” que ya están aquí en la Liga CasaBella y van a seguir haciendo mucho ruido hasta proyectarse.