El futbol amateur es un deporte que se practica más por amor, que, por conocimiento, pero donde se presentan muchas injusticias, sobre todo entre los dirigentes de equipos, quienes por lo regular son quienes más sienten el triunfo o fracaso, pero también los que más “apechugan” en lo económico.
Cuando no se tiene un patrocinador con solvencia económica, son los encargados de equipos quienes soportan el mayor peso de los gastos y todo, “por el placer que da el futbol”.
En un análisis se llegó a la conclusión que el representante del equipo invierte por temporada entre 15 y 20 mil pesos, donde incluye uniformes, balones, pago de arbitrajes, altas y bajas, en ocasiones algunos alimentos y bebidas y no falta quien requiera apoyo para transporte, aún y que el torneo donde participan sea de una liga popular, pues en las privadas los costos se disparan.
A esto hay que agregar que en algunos equipos hay jugadores que cobran por partido, así como el pago obligatorio de alimentos y bebidas, pero todo lo hacen por amor al futbol, aún y que perviva el problema de siempre, ¡la irresponsabilidad de los jugadores al faltar a los juegos y la ingratitud a quienes gastan parte de su dinero, que tal vez debería ir a la familia!