Cuando se tiene corazón, nada nos impide avanzar por la vida, tal es el ejemplo que día a día nos da Juan Francisco Rodríguez Torres, quien postrado en silla de ruedas -desde su nacimiento- nos da un ejemplo de superación a través de la práctica de su profesión como árbitro central de futbol en ligas de fútbol rápido como Casabella y otras más de futbol soccer del área metropolitana de Monterrey.
Con serio semblante, apoyado por su colega internacional de la Major Arena Soccer League (MASL), Francisco Meraz Cobos, se dispone en la denominada “Catedral de futbol rápido de México” a juzgar los encuentros de la jornada de futbol infantil a celebrarse esa tarde.
“Me inicié dentro del arbitraje desde los 13 años de edad en una canchita de tierra en la colonia la Unidad, pegada a la San Martín, del municipio de Escobedo; tengo 18 años en el arbitraje, con participación en diferentes ligas dentro de las categorías infantiles, pre- juveniles, juveniles, femeniles y una que otra libre”, platica.
Juan Francisco comentó además que, en sus años juveniles, formó parte de los grupos de “esquineros”, hoy pandillas, y supo separarse a tiempo gracias al deporte, donde actualmente también se desempeña como entrenador y rehabilitador físico, así como trabajador de la Coordinación Municipal de Deportes de General Escobedo Nuevo León.
Sabiendo superar el problema de hidrocefalia y de pie equinovaro, con la que ha lidiado a lo largo de sus 38 años de vida, Rodríguez Torres rechaza el ser etiquetado como una persona minusválida, ya que considera que, a pesar su discapacidad de no contar con sus extremidades inferiores, puede desarrollar movimientos con sus otros miembros del cuerpo, lo que le ha permitido desarrollarse y desempeñar diversas actividades en su vida.
“Mucha gente me ha impulsado, dándome consejos, apoyos, tanto mis padres como mis hermanos, mi señora, gente que conozco de ahí de mi colonia, mis amigos, compañeros de profesión me han impulsado para salir adelante y es un reto que me propuse a mí mismo”, dijo.
“He tocado en muchas puertas, a lo largo de la vida he tenido algunas altas y bajas, incluso he recibido críticas hacia mi persona, pero todo se puede en esta vida, este deporte me ha dejado grandes satisfacciones, ya que he conocido lugares, ligas de futbol, equipos, profesores, compañeros amigos árbitros, he conocido árbitros profesionales del futbol soccer mexicano que me han ayudado a superarme y superar cualquier dificultad”, agrega.
Aficionado a los Tigres, Juan Francisco señala que, a pesar de que hace algunos años era un “criticón”, que se molestaba con el futbol o los propios Tigres -y hasta de los mismos árbitros-, ahora que está del otro lado de la moneda, su visión hacia este deporte es completamente distinta, ya que ve lo que realmente se siente estar adentro de un campo, sobre todo como árbitro central, debido principalmente a que una toma de decisión puede causar alguna controversia o dar una satisfacción.
La motivación de ver a los niños practicar el futbol, ayuda a Francisco siempre ha salir adelante, ya que no piensa dejar el arbitraje hasta que sus capacidades ya no se lo permitan.
Arropado por los integrantes de los equipos de la categoría 2012-2013, los rivales de esa tarde en el sintético de la Liga Casabella, Rodríguez Torres es recibido en una valla formada por los propios infantes, y donde cada movimiento de su silla de ruedas rumbo a la cancha es acompañado por una lluvia de aplausos, como se recibe a los héroes, suceso que llega al alma de Juan Francisco, quien orgullosamente sigue avanzando hasta llegar al centro del rectángulo sintético para hacer sonar su ocarina para dar inicio el partido.
“Todos somos seres humanos, todos somos iguales, no porque uno camine y el otro no camine quiera decir que somos distintos, somos seres humanos que tenemos pies, tenemos manos, tenemos corazón, tenemos cerebro, le pido a más personas que se encuentran en situaciones como la mía que eliminen su discapacidad, no hay que dejar de luchar y mucho menos apagarnos por lo que nos dicen”, apunta.
“A mí me paso tiempo atrás, que me caía con lo que me decían, pero con los consejos de mis padres, los consejos de mi señora, los consejos de mis amigos y de los jefes que he tenido que me han apoyado a seguir en las ligas de futbol, es lo que me ha permitido salir adelante, porque si uno se deja que lo ofendan, si uno se deja a que lo humillen o que se burlen, la persona va a quedar trastornada, va a hacerse de menos y no arriesgará para salir adelante, al contrario, debemos de salir y superarnos, ya que nos vean que sí podemos; si Dios nos permite, seguiré en el arbitraje amando y valorando el deporte hasta que las fuerzas me acompañen”, concluyó el orgulloso vecino de la colonia La Unidad del municipio de General Escobedo, Nuevo León.
Por: Raúl Guevara