GINEBRA (AP) — La FIFA quiere que se descuente todo el tiempo perdido en los partidos incluso si estos se están definiendo por una goleada.
Sin embargo, el jefe de arbitraje del organismo rector del fútbol mundial dijo el jueves que algo semejante a la “regla de la misericordia” aplicada en algunos niveles del béisbol podría debatirse en el futuro para poner fin a los cotejos justo a los 90 minutos.
En el encuentro del domingo pasado, que Liverpool ganó al Manchester United por 7-0, se añadieron sólo tres minutos al final, pese a que hubo seis goles en el segundo tiempo, mencionó Pierluigi Collina, jefe de arbitraje de la FIFA.
El Mundial disputado a finales del año pasado en Qatar ilustró los esfuerzos de la FIFA y de Collina por dar a los aficionados más tiempo de diversión, al hacer que los árbitros compensaran con más precisión el tiempo perdido en celebraciones, sustituciones, lesiones y ardides intencionales.
Ello derivó en que muchos partidos duraran 100 minutos. En la goleada de 7-0 que España le propinó a Costa Rica en la fase de grupos, se descontaron ocho minutos, dijo Collina.
Y ello hizo posible que Álvaro Morata marcara el séptimo tanto.
Si bien ese tanto no fue clave en las posiciones definitivas del Grupo E, España sí avanzó por encima de Alemania gracias al criterio de desempate basado en la diferencia de goles.
“En algunas competiciones, la diferencia de goles en todo el torneo puede ser decisiva al final para definir las posiciones”, dijo Collina. “Así, incluso un gol anotado o no puede marcar la diferencia”.
En 1989, Arsenal ganó el título de la liga inglesa al superar a Liverpool en el rubro de goles anotados. El número de puntos y la diferencia de goles eran iguales.
Los equipos se enfrentaron en el último partido de la temporada y el Arsenal se impuso por 2-0 en Liverpool. El segundo gol llegó en el descuento del complemento.
Collina reconoció que la adición de mucho tiempo en encuentros desiguales como el que Liverpool ganó el fin de semana puede considerarse como “algo difícil de entender”. Sin embargo, sugirió que la consistencia es clave.
“En la Copa del Mundo, la gente sabía qué esperar”, dijo el exárbitro, quien pitó la final del Mundial de 2002. “Cuando hay consistencia en la cancha, todas las decisiones son mejores”.