Lozano es el blanco principal de las críticas tras la eliminación del domingo en la primera fase de la Copa América, pero si existe algún consenso es que el problema es de carácter estructural.
El Tri, como reflejo del fútbol mexicano, se encuentra en estado regresivo desde que dejó de ser el dueño indiscutible de la Concacaf.
Dos años atrás encajó en Catar-2022 su primera eliminación en una fase de grupos mundialista desde Argentina-1978 y en esta Copa América no salió vivo de un grupo en que no enfrentaba a ningún favorito al título.
Las reacciones mediáticas al empate 0-0 del domingo ante Ecuador en Glendale (Arizona), donde estaba obligado a ganar, se dividieron entre la furia y una creciente resignación.
México sólo convirtió un gol en sus tres partidos ante Ecuador, Venezuela y Jamaica, obra del lateral Gerardo Arteaga en el triunfo ante los caribeños.
Esta ínfima producción agudizó los señalamientos a Lozano por prescindir de referentes ofensivos como Hirving Lozano, que a sus 28 años aún puede tener recorrido hacia el Mundial de 2026.
Otras voces cuestionaban que México, que ha perdido recientemente a casi todos los líderes del vestuario, descartara también al veterano Guillermo Ochoa para sustituirlo por Julio González, un arquero de 33 años sin experiencia internacional en clubes o selección.
Lozano sabe que su silla es una de las más calientes del fútbol continental y que el título de la Copa Oro del año pasado no calmará las aguas. El domingo, con su tono templado habitual, apeló a la calma y a dar un voto de confianza a esta generación.
“Necesitamos mejorar, es evidente, pero de aquí a dos años esos jugadores pueden tener un crecimiento importante”, sostuvo el joven timonel.
“Hay objetivos que no se cumplieron y el más importante era avanzar. (Pero) me parece que el equipo gana en muchos otros aspectos, siempre fue adelante, siempre propuso, defensivamente fue muy fuerte, pero nos faltó contundencia”, reconoció Lozano, que dejó su futuro en manos de la federación.
- “El proyecto continúa” –
Exjugador internacional, ‘Jimmy’ Lozano asumió el cargo un año atrás gracias a sus éxitos con el combinado Sub-23, al que guió al bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021.
El técnico relevó al argentino Diego Cocca, que a su vez sólo duró cuatro meses como sustituto de su compatriota Gerardo Martino.
En el mismo State Farm Stadium, la primera reacción desde la federación mexicana fue respaldar la labor de su seleccionador.
Lozano “tiene el apoyo de todos y el proyecto continúa para el Mundial de 2026”, afirmó Duilio Davino, director deportivo de Selecciones Nacionales.
“Se cumplieron objetivos como que participaran jóvenes que hasta ahora no lo hacían, que el equipo siempre fuera hacia adelante, luchara, compitiera (…) Hay que construir sobre eso”, consideró.
En sintonía con ese discurso se expresaron los futbolistas mexicanos, todavía abatidos por decepcionar a una apasionada afición que les hizo jugar de local en cada partido.
“Yo no creo en tirar la toalla”, dijo el defensa Johan Vásquez a la cadena TUDN. “Hay jóvenes para los que es su primer torneo internacional y esto nos sirve bastante”.
El central del Génova, uno de los pocos mexicanos que permanecen en el fútbol europeo, sí fue autocrítico con la capacidad competitiva del Tri frente a oponentes como los sudamericanos.
“Hay que saber jugar mejor la eliminatoria, saber que cualquier detallito te cuesta, el nivel es más alto en Conmebol”, reconoció.
En la decena de ocasiones en que jugó la Copa América como invitada, México fue dos veces subcampeona (1993 y 2001) y en otras tres concluyó en el tercer lugar (1997, 1999 y 2007).
Entre las causas más citadas del declive actual están el alto número de futbolistas extranjeros en la Liga MX, que estaría bloqueando las oportunidades a los talentos jóvenes, así como la eliminación del sistema de ascensos y descensos, que reduciría la presión competitiva para los jugadores.
“Hay muchas cosas que engloban el resultado de hoy que vienen de atrás y muchas no dependen de nosotros y todo el mundo lo sabemos”, dijo el defensa César Montes sin entrar más en detalles.
Si la federación diera otro volantazo en el banquillo, el nombre más mencionado para acudir al rescate es el de Javier Aguirre, con amplia experiencia como ‘apagafuegos’ tanto en clubes como en la propia selección.