La fiscalía pidió un año de prisión firme y 18 meses de libertad condicional para el futbolista Wissam Ben Yedder, excapitán del Mónaco e internacional francés, juzgado este martes en Niza por agresión sexual en estado de embriaguez.
La sentencia queda reportada al 12 de noviembre.
“Ben Yedder consideró que (la víctima) era un pedazo de carne y que podía servirse”, declaró la fiscal, denunciando explicaciones “confusas” del jugador de 34 años, sin club desde la expiración en junio de su contrato con el Mónaco.
“No recuerdo nada, no puedo decir si lo hice. Estoy aquí por culpa del alcohol. Sin alcohol, no se me pasaría por la cabeza algo así”, declaró Ben Yedder con voz débil y completamente vestido de negro. “Pido sinceramente perdón (a la víctima), a su familia y a mi familia”.
La noche del 6 de septiembre, Wissam Ben Yedder bebía en su coche en un parking cerca de una playa debajo de su casa, en Cap d’Ail, a las puertas de Mónaco. Allí simpatizó con un grupo de jóvenes, tres chicos que le conocían y dos chicas mas desconfiadas.
El futbolista alternaba gentileza y agresividad, contó la víctima, de 23 años, explicando que terminó por aceptar “por miedo” montar en el coche del jugador, que la condujo contra su voluntad al parking de su residencia.
Allí, después de haber empujado el asiento de bebé para su hijo de dos años, acarició el muslo de la joven, que le rechazó, y después se masturbó con una mano mientras con la otra intentaba atraerla para besarla.
Paralizada en un primer momento, la víctima consiguió abrir la puerta del coche y huir. Avisó a la gendarmería, que detuvo al jugador en su casa.
Nacido en Sarcelles, en la región de París, Wissam Ben Yedder se formó en el fútbol sala, disciplina a la que debe su depurada técnica y en la que también fue internacional.
Debutó en el fútbol profesional en el Toulouse, antes de confirmarse en el Sevilla y de brillar en el Mónaco a partir de 2019 y hasta la temporada pasada.
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