Luego de la amarga experiencia, se requería tomar medidas correctivas, pues no era posible seguir demostrando esa imágen ante la sociedad, sobre todo de un organismo que se preciaba de ser tal vez el mejor promotor deportivo en el estado.
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Se empezó a buscar a un elemento que conociera de aguacates y tras ascultar diferentes perfiles, se decidieron por el profe Enrique Ruiz, quien a decir verdad ya tenía conocimiento sobre la materia.
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Lo más importante es que tenía entusiasmo y deseo de trabajar en pro del deporte popular, aunado que pronto se ganaría el aprecio y apoyo del grupo de trabajadores que encabezaba el buen Lorenzo González.
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El profe Enrique detuvo la caida de la liga, gracias a su entusiasmo, incluso poco a poco la levantaba, pues se mostraba accesible a toda duda de los delegados, convivía con ellos y lo más importante, los tomaba en cuenta.
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Parecía que se había encontrado a la persona indicada, todo iba viento en popa, sin embargo nadie imaginaba la tragedia que se avecinaba y que iba a cambiar el derrotero de la historia dentro de la Federación Deportiva de la CNOP.
-o0o-Fue en septiembre por la noche, habíamos terminado de laborar, se había cubierto la nómina de los trabajadores, se presagiaban fuertes lluvias, por lo que apuramos nuestra partida del recinto.
