El ataud del gordo Filiberto Sagrero fue visitado por cientos de personajes, tanto del deporte, como de la política, quienes lamentaban la gran pérdida que había impactado a la sociedad de entonces.
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Ahí también estaban el equipo de atletas de sillas de ruedas, quenes recibieron enorme apoyo de la CNOP vía Filiberto Sagrero y a su vez agradecieron con infinidad de medallas ganadas en los Juegos Nacionales.
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Y al acercarnos a saludarlos nos externaron su molestia, su coraje, su impotencia, porque a pesar de estar ante el ataud del gordo Sagrero, se aprovechaban algunos “buitres” que buscaban quedarse con el puesto del más grande impulsor del deporte amateur en Nuevo León.
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“Son varios, -decían los atletas, quienes se han acercado para decirnos que están para servirnos en lo que se ofreciera, gente que nunca vimos ayudando en su momento y ahora aparecen por todos lados”, comentaban.
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De hecho, en un periódico local apareció una caricatura, donde estaba un ataud con las siglas FSG (Filiberto Sagrero González), cubierta con una bandera con el logotipo de la CNOP, pero también un par de zopilotes, saboreado un posible festin.
-o0o-Pero todos sabían que el merecedor de ese puesto era el también gran amigo Eduardo Lira, brazo derecho del gordo, fiel amigo, que sabía el teje y maneje del asunto, pero duró poco, ya que, de nueva cuenta, los políticos lo removieron.
