Muchos de los mexicanos se sienten orgullosos porque nuestro país es uno de los que ha participado en mayores ocasiones en los Campeonatos del Mundo de futbol que se realizan cada cuatro años.
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Es para sentirse orgullosos, sin embargo, esto resulta utopía pura, pues si bien es cierto se ha asistido a un mayor número de competencias mundiales, también lo es que esas competencias no han dejado experiencias positivas.
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O tal vez sí, pero no las hemos sabido asimilar, pues luego de ser considerado nuestro país como el gigante de Concacaf, hoy en día ya no somos tanto y cualquier país nos gana, sea del tamaño que sea.
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Antaño los países daban por hecho que, en los premundiales, el máximo favorito para asistir a la magna justa era México y el resto deberían disputar los boletos de nuestra zona.
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Sin embargo, hoy ya Estados Unidos y Canadá, países considerados antaño con poco desarrollo futbolístico, trazaron un plan a futuro y al parecer los frutos ya se empiezan a dar.
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Mientras en nuestro país se sigue soñando con llegar al quinto partido, un sueño utópico, mientras los directivos mantengan el negocio como principal objetivo, antes que el desarrollo futbolístico.
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Desde la infancia los pequeños se preparan y caminan por la senda correcta del desarrollo, sin embargo, cuando están a punto de ingresar al profesional, se dan cuenta que ahí les cierran las puertas.