Las personas provenientes de otros estados del país y del extranjero se maravillaban con las instalaciones en el lecho del río, pues era muy poca la inversión y enormes beneficios para la comunidad, sobre todo la más vulnerable.
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Dado que mencionaban, en sus estados no contaban con espacios tan enormes, incluso los equipos de los diferentes deportes, debían recorrer en ocasiones, grandes distancias para poder practicar su disciplina favorita.
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Lo calificaban como un tesoro deportivo el lecho del río y lucía mucho mas por las noches, cuando también se miraban competir a cientos de jóvenes, dentro de los torneos intersemanal nocturno.
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De hecho, las oficinas de la Federación Deportiva de la CNOP siempre estaban llenas de personas, quienes acudían para realizar algún trámite y participar en los distintos torneos, sabatinos, dominicales, veteranos, femeniles, infantiles, nocturnos.
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Y luego de realizar sus movimientos, se quedaban a disfrutar de los encuentros que se presentaban, sobre todo en la cancha uno, la cual pertenecía al complejo deportivo, que posteriormente fue bautizado con el nombre de Filiberto Sagrero González.
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Precisamente en ese campo uno, fue acondicionada una pista de atletismo, la que fue denominada, Pista Atlética Enrique Morales Castro, como reconocimiento a uno de los grandes impulsores del atletismo de la localidad.
