Lorenzo González era el coordinador genera de la liga, pues se encargaba del rol, de las tablas de posiciones, tribunal de honor y justicia, “y en mis tiempo libres vendo chicles”, decía en son de broma.
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Los lunes era el día que se recibían las cédulas de los partidos celebrados el fin de semana, misma fecha en la que se programaba la recepción de protestas por parte de los delegados.
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Si era una cosa leve, en ese instante Lencho las solucionaba, no sin antes dar la debida explicación al delegado, pero había otras un poco más grandes, que necesitaban investigación y los citaban para el fin de semana para dar el veredicto.
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Las que si eran más difíciles, como agresiones a los árbitros, riñas y demás, eran enviadas con el jefe Sagrero, quien atendía a los delegados y tras escucharlos, ahí mismo les daba el veredicto.
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Lo curioso del asunto es que, esos delegados que entraban muy molestos, cuando no tenían la razón y tras darles una explicación, salían de la oficina ya resignados, pero ya tranquilos, incluso disculpándose.
-o0o-Aunque se debe reconocer, en un principio el grueso de las protestas era por la falta de capacidad de algunos árbitros, los cuales habían sido tomados en cuenta como emergencia, ante la gran cantidad de partidos.