Mientras no haya castigos ejemplares para los pseudo jugadores, las agresiones hacia los árbitros seguirán adelante, las cuales se han incrementado en los últimos meses.
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Aquí todos están involucrados, desde el mismo jugador que, escudándose en el anonimato, o bien por el apoyo de sus compañeros, se envalentona y la emprende contra los jueces del futbol.
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Los encargados de los equipos deben hablar con sus jugadores y pedirles entrega, pero con respeto y nunca caer en provocaciones porque mancha la imagen del equipo y no se diga, si dicho conjunto es representante de alguna empresa.
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Los presidentes de liga, no solamente deben sancionar con la expulsión del torneo, sino también apoyar al árbitro para interponer la denuncia correspondiente ante las autoridades policiacas, para que pague por los daños causados.
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Por desgracia, en ésta última no hay mucha respuesta, pues los dirigentes de liga piensan que, por el hecho de pagar el costo del partido sancionado, es más que suficiente y ahí termina su relación con el árbitro.
