Cuando llegó el alcalde Feli pillo a dirigir Monterrey se le presenta el proyecto de privatizar el lecho del río Santa Catarina y sin mediar palabra, de inmediato aceptó, sin importar que esa decisión perjudicaría a miles de ciudadanos, a esos que le dieron su voto para que llegara a ocupar la presidencia municipal.
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Porque si bien, el deporte continuó promoviéndose, este se convirtió en élite, ya que ni siquiera se podía acudir al río para practicar la clásica “cascarita” semanal, porque había que pagar 360 pesos por cada hora utilizada.
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Se creó la liga del parque Río, la cual no estaba afiliada a la Asociación de Nuevo León, a pesar que lo presumían, pues en la práctica, según directivos del máximo organismo, no cumplían con el reglamento.
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Por ello el gran promotor deportivo Rosalío Martínez, del tradicional club Pedregal de Occidente, acuñó una frase la cual encierra toda una gran verdad, “nos quitaron la diversión a los pobres”.
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Y era verdad, pues los equipos que deseaban participar en los torneos, debían pagar hasta 360 pesos de arbitraje semanal y cerca de 700 por inscripción, donde por cierto, en la primer temporada el premio para el campeón era participar gratis la siguiente campaña, el subcampeón tendría un 50 por ciento de descuento, pero de trofeos, nomás no había de piña.
2022-12-14