Un nuevo cara a cara entre los dos mejores jugadores del momento, los dos favoritos olímpicos, Novak Djokovic y Carlos Alcaraz, definirá el oro de París 2024, la última ocasión del ganador de veinticuatro Grand Slam de subir a lo alto del podio que ansía también el español.
Es una cuestión más que personal para el balcánico, que asume que en Roland Garros pasa su último tren para conseguir el último título que queda en su carrera, el cromo final para completar un álbum inigualable. El español tiene todo por delante. Pero es voraz, sin pausa. Y devora cada desafío que tiene enfrente.
No suponen referente alguno los precedentes entre ambos en esta ocasión. Se reparten los triunfos hasta el momento. Tres triunfos para Djokovic y otros tantos para Alcaraz, que ha acumulado muchos más minutos en pista por su participación en el cuadro de dobles que jugó, hasta los cuartos de final, con Rafael Nadal.
Carlitos vuelve a ser la principal baza del tenis español. Fiable como pocos en el deporte, tiene asegurado, en su debut olímpico, un sitio en el podio y, al menos, la plata. No es suficiente para el de El Palmar, que llegó a París con los éxitos en Roland Garros y en Wimbledon y un total de cuatro grandes en su currículum, son solo 21 años.
Instalado en la Villa, feliz por saborear al máximo la experiencia de unos Juegos, Carlos Alcaraz pretende dar a España la tercera medalla de oro olímpica en tenis, la segunda individual después de la de Rafael Nadal en Pekín 2008. La otra fue en dobles, con Nadal y Marc López en Río.
El cuarto jugador español que disputa una final individual masculina olímpica, que ya ha alargado la estupenda racha y el buen rendimiento del tenis español en un evento olímpico, es ya el más joven, con 21 años y 91 días, en jugar por el oro en unos Juegos.
Ya ha superado el récord de precocidad del suizo Marc Rosset, que venció a Jordi Arrese, en Barcelona 1992, con 21 y 275, desde que el tenis regresó al programa olímpico en Seúl 1998. Incluso, también puede derribar el registro anterior, el del estadounidense Vincent Richards, hace 100 años, en tierra, en París 1924, que lo consiguió con 21 y 123.
“Intentaré hacer lo mismo que hago siempre. Es una final, un momento muy importante de mi vida para mí y para todos los españoles. Pero intentaré pensar en que es un partido más. El objetivo desde el principio de año era lograr el oro”, dijo Alcaraz al término de su partido contra el canadiense Felix Auger Aliassmie que le llevó a la final.
Enfrente, el finalista olímpico más veterano de la historia y que reconoce que París es su último tren. En su quinta presencia en unos Juegos, ha avanzado hasta la final, a la que llega con 37 años y 74 días. Es el de más edad, porque solo dos jugadores han alcanzado una final individual olímpica con 30 años o más desde 1988: Serena Williams, medallista de oro en individuales femeninos de Londres 2012 (30 años y 314 días), y Federer, plata en individuales masculinos de Londres 2012 (30 años y 363 días).
Aspira el serbio, operado hace dos meses de la rodilla derecha, a su decimonoveno triunfo olímpico en el cuadro individual. Un registro inigualable hasta ahora y que hizo suyo al inicio de la competición, cuando superó los catorce que tenía Roger Federer.
El Golden Slam es la ambición de Djokovic, que ha centrado sus objetivos en este 2024 en el oro que hasta ahorra nunca ganó. En las cuatro presencias en unos Juegos, solo logró un bronce, en Pekín 2008, tras vencer al estadounidense James Blake.
En Londres 2012 perdió en semifinales frente Juan Martín del Portro con el que sucumbió también, pero en primera ronda, en Río 2016. En Pekín, su última presencia antes de París, cayó en puertas de la final ante el posterior campeón, el alemán Alexander Zverev.
Quiere Djokovic un sitio en el olimpo. Un hueco junto a Andre Agassi, Rafael Nadal, Serena Williams y Steffi Graf, los únicos que han ganado alguna vez los cuatro Grand Slam y también la medalla de oro.
“Este año me ganó en Wimbledon, pero las circunstancias son diferentes. Creo que estoy mejor que en Wimbledon. En cualquier caso, mi país ya tiene una medalla más. Pero he esperado veinte años para esto y lo quiero aprovechar”, dijo Djokovic tras superar el último escollo antes de una final que alcanzaba por primera vez en su carrera al superar al italiano Lorenzo Musetti.
El del domingo en la pista Phillipe Chatrier de Roland Garros será el séptimo cara a cara entre el español y el de Belgrado. Están igualados en los enfrentamientos. El más reciente y único este año, en Wimbledon, el español lo ganó con claridad.