En el futuro, el experimento que está ocurriendo dentro del Chelsea con sus nuevos inversores estadounidenses será un caso interesante de estudio en manejo de clubes de fútbol.
Por que nadie en Inglaterra u otros mercados ha visto also parecido a lo que está sucediendo en Stamford Bridge en los últimos dos años.
Estos son los datos: Chelsea ha gastado cas 1.3000 millones de dólares en 39 jugadores a lo largo de cinco ventanas de traspasos desde mayo del 2022 cuando el grupo que lidera el coproprietario de los Dodgers de Los Ángeles Todd Boehly y Clearlake Capital adquirieron al club del oligarca ruso Roman Abramovich por 3.200 millones de dólares.
Además, el equipo ha tenido cinco entrenadores distintos en ese periodo —más otro de forma de interino— y hay cambios constantes dentro de un club que tiene seis títulos domésticos y dos de Europa.
“No es un desastre como parece por fuera”, aseguró el miércoles Enzo Maresca, el actual técnico del Chelsea, al intentar explicar sabiduría detrás de contar con 43 jugadores después de que firmaron a dos extremos —Pedro Neto y Joao Felix— por 130 millones de dólares esta semana.
Esto a pesar de que ya cuentan con cinco jugadores en la posición, incluyendo a Mykhailo Mudryk, a quien firmaron el año pasado por 100 millones de dólares y Raheem Sterling.
Sterling es uno de alrededor de 20 jugadores que han perdido su lugar y están “entrenando a parte”, según Maresca. Entre estos jugadores está Romelu Lukaku, firmado hace tres años por un récord de club de 135 millones de dólares y el portero Kepa Arrizabalaga, quien llegó como el guardameta más caro por 92 millones.
Nada parece tener sentido en esta audaz nueva etapa del Chelsea y que realmente ha sido decepcionante tras terminar 12mo hace dos años y sexto la temporada pasada.
“Ha sido una locura seguirlo”, le aseguró a The Associated Press el Dr. Dan Plumley, expertos en finanzas deportivas de la Universidad Sheffield Hallam, “y parece que no se detendrá”.
Plumley indicó que la inicial “agresividad” de los dueños del Chelsea en el mercado de traspasos no fue inesperada.
“Piensas ‘es el golpe inicial para tener el control por un tiempo”, dijo Plumley en entrevista telefónica. “Pero parece seguir y que lleva a varias preguntas de cuál es la estrategia y que es lo que quieren hacer los dueños”.
Con sus antecedentes en capital privado y de riesgo, Boehly y Clearlake llegan al fútbol de forma distinta y han movido los postes en un intento de lidiar con las restricciones del fair-play financiero.
Usualmente otorgan contratos de siete y nueve años a los nuevos jugadores para “amortiguar” los costos de los traspasos. Esto llevó a que la UEFA y la Liga Premier ajustaran las reglas.
Se han enfocado en vender a jugadores de la academia y que en realidad generan puras ganancias en la contabilidad anual para permitirle al equipo adquirir jugadores de alto perfil. Esto llevó a la partida de Connor Gallagher esta semana y los jóvenes Ian Maatsen, Lewis Hall y Omari Hutchinson.
Según sus más recientes estados financieros, los dueños del Chelsea vendieron dos hoteles en Stamford Bridge a otra empresa de la que son dueños —este acuerdo llevó a una investigación de la Liga Premier. También buscan vender acciones de su exitoso equipo femenino.
Plumley indicó que la estrategia del Chelsea tiene al club “cerca… o por encima” del límite de las regulaciones de ganancias y sustentabilidad de la Liga Premier.
“Fue de alto riesgo al inicio y sigue siendo de alto riesgo en este momento”, reconoció Plumley sobre el método de los dueños del Chelsea.