El atletismo rompió en abril con una tradición de 128 años al anunciar que se convertiría en el primer deporte en ofrecer 50.000 dólares en premios a sus campeones olímpicos a partir de los Juegos de París.
El anuncio del presidente de la Asociación Mundial de Atletismo (WA, por su sigla en inglés), Sebastian Coe, que también es miembro del COI pero no discutió su plan con el organismo olímpico, fue acogido con satisfacción por muchos atletas.
También fue recibido con sorpresa y duras críticas por otras federaciones deportivas internacionales, que acusaron a Coe de no haberles consultado antes de su medida unilateral.
“Esto no es una discusión sobre los premios en dinero, porque el dinero de los premios existe desde hace décadas”, dijo Bach el viernes a la prensa.
“Mis compañeros de equipo (de esgrima) y yo, en 1976, recibimos un premio en dinero por nuestra medalla de oro a través de la fundación apoyada por el Comité Olímpico Nacional (de Alemania). Mientras tanto, ésta es una práctica más o menos común entre los Comités Olímpicos”.
Bach afirmó que, si bien los patrocinadores, los gobiernos o las instituciones privadas proporcionan pagos a los atletas por sus éxitos olímpicos, ese no es el papel de una federación deportiva internacional.
“Se trata en principio de una cuestión de cómo apoyar mejor a los atletas”, dijo Bach, añadiendo que su organización reinvertía el 90% de sus ingresos, siendo los comités olímpicos nacionales y las federaciones internacionales los principales beneficiarios.
Bach señaló que, aunque el papel de los comités olímpicos consiste en llevar a los Juegos atletas bien preparados, las federaciones deben asegurarse de que cualquier inversión se destina a reducir la diferencia de calidad entre los atletas.
“El papel de las federaciones internacionales (…) es hacer todo lo posible para intentar cerrar la brecha entre los atletas procedentes de países privilegiados y los procedentes de países menos privilegiados”, declaró Bach.