Los dos próximos anfitriones de este partido ya se conocen: Londres, que verá enfrentarse a Borussia Dortmund con Real Madrid el 1 de junio en el estadio de Wembley, y Múnich el 31 de mayo de 2025, en la primera edición con el nuevo formato de la Champions.
Reunido en Dublín horas antes de la final de Europa League entre Bayer Leverkusen Atalanta, el comité ejecutivo de la UEFA aplazó al 24 de septiembre su decisión definitiva para la final de 2027, a la espera de que la Federación Italiana “presente la información sobre los planes de renovación del estadio de San Siro”.
También se atribuyeron las finales 2026 y 2027 para Europa League a Estambul y Fráncfurt respectivamente, y las de Conference League a Leipzig y Estambul.
En el ámbito femenino, Oslo acogerá la final 2026 de la Liga de Campeones, mientras que la de 2027 sigue en el aire, pues Alemania ya habrá acogido finales de competiciones europeas en 2026 y 2027 “y por lo tanto la candidatura de Stuttgart no puede ser retenida”, explicó la UEFA.
La institución basada en Nyon alargó y expandió su experimento sobre el regreso de las gradas de pie a las competiciones europeas de clubes, en curso desde la temporada 2022-2023 en Francia Alemania e Inglaterra, y después en Italia y España.
Con el objetivo de obtener “una muestra más importante y una mayor diversidad de datos”, este programa se prolonga hasta 2024-2025 y se amplía a clubes neerlandeses, portugueses, belgas, escoceses y austríacos, que ya autorizan las plazas de pie a nivel nacional.
“Asistir de pie a los partidos contribuye enormemente a la atmósfera de los encuentros, es un elemento importante de la cultura de los aficionados a través del continente y ayuda a reducir el precio de esos partidos”, celebró Ronan Evain, director ejecutivo de la asociación Football Supporters Europe (FSE), en un comunicado distinto.
Gregor Weinreich, coordinador de la campaña “Europa quiere seguir de pie”, destacó que, en Bayern Múnich, los aficionados asisten de pie desde hace ahora dos años a partidos de Liga de Campeones sin riesgos adicionales, a la espera de que la UEFA termine por revisar su reglamento.
Las tribunas de pie, caracterizadas tanto por su fervor como por ser un medio para aumentar la capacidad de espectadores, fueron prohibidas por la institución europea luego de las tragedias de Hillsborough en 1989 y de Furiani en 1992.