Arte y Figura

ARTE

Y

FIGURA

POR “EL NOLO”

Hola, amigos después de haber leído jueves a jueves el Libro “Antonio Bienvenida, El Arte del Toreo”, por José Luis Rodríguez Peral, a partir de hoy iremos relatando temas relacionados con el libero “La Tauromaquia en México” por Antonio Navarrete, el cual creo va a ser de su agrado.

El ganado vacuno en la Nueva España

Fuera de los bisontes, muy lejos, al norte, el ganado vacuno era desconocido en tierras de Aztlán. En la capital del Reino Mexica, el emperador Moctezuma tenía un bisonte en su zoológico particular, al que Cortés califica de “extraño toro mexicano, con pelaje de león y joroba parecida a la de los camellos”.

Pero después de la conquista, uno de los primeros pasos de la colonización fue importar de España vacas y toros destinados a crear una nueva fuente de riqueza: la ganadería, a la vez que satisfacer los hábitos alimenticios europeos.

Hasta entonces la población nativa ingería carne de guajolote, culebras comestibles y el perro “izcuintli”, todo adobado con chile. Como es natural, estas especialidades gastronómicas no eran del gusto de los españoles, quienes aquí desembarcan el primer ganado en Veracruz, entre el cual venía, claro, algún toro bravucón con el cual debe haber empezado la historia de la Fiesta Brava en la Nueva España.

Los soldados de caballería acostumbraban burlar las embestidas con el fin de adiestrarse en el ejercicio de la equitación, aspecto básico en su función de conquistadores.

Cortés va a los toros

A su regreso de una expedición lejana y peligrosa, hasta Las Hibueras, en la América Central, Cortés se entera de que el poderoso monarca Carlos V, rey de España, le envía un emisario en nombre de Su Majestad. Estando el día de San Juan, domingo 24 de junio de 1526, “corriendo ciertos toros y en regocijo de cañas y otras fiestas”, Cortés recibe a un mensajero con dos cartas recién llegadas a Veracruz. Una era del representante de la corona, anunciándole su desembarco, y la otra del mismo emperador, magnifico entre los que haya habido, acreditando la personalidad de su representante en el Nuevo Mundo.

Cortés, en su palco, recibe los documentos, al lado de su mujer e interprete de la lengua indígena, Malintzin, mientras el espectáculo se desarrolla a la vista de dos volcanes milenarios: Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

Continuará… Olé y hasta la próxima.