El centrocampista argentino Ángel Di María dijo que las amenazas de muerte contra su familia en Rosario le han obligado a cambiar de opinión sobre su regreso al club de su infancia, Rosario Central.
Di María fue el blanco de lo que las autoridades argentinas han descrito anteriormente como un intento de muestra de poder por parte de organizaciones criminales en Rosario, donde se ha producido un aumento de la violencia relacionada con las drogas y las bandas.
El jugador de 36 años, que se retiró del fútbol internacional tras ganar su segunda Copa América a principios de este mes, dijo que quería terminar su carrera en su ciudad natal tras dejar el Benfica portugués.
En marzo salieron a la luz informes sobre una nota de amenaza de muerte lanzada a la propiedad familiar de Di Maria, y el jugador dijo que su familia no había denunciado otra amenaza a la policía por miedo.
“Hubo una amenaza en el negocio de mi hermana, una caja con una cabeza de cerdo y una bala en la frente, y una nota que decía que si yo volvía a (Rosario) Central, la próxima cabeza era la de mi hija Pía”, comentó Di María a un canal de televisión de Rosario el martes.
“Esos meses fueron horribles (…) sólo podíamos sentarnos a llorar cada noche por no poder llevar a cabo ese regreso soñado”.
El capitán de Argentina, Lionel Messi, también fue blanco de amenazas el año pasado. Las fuerzas de seguridad federales de Argentina se desplegaron en Rosario en marzo y el gobernador Maximiliano Pullaro dijo a principios de este mes que se habían puesto en marcha protocolos para garantizar la seguridad de las figuras públicas.
“Es una falta de respeto hablar de seguridad y protocolos para mí cuando los rosarinos no pueden salir a trabajar, no pueden esperar el autobús sin que les roben o los maten por una mochila”, añadió Di María.