Arte y Figura

ARTE

Y

FIGURA

POR “EL NOLO”

Continuamos con Libro “Antonio Bienvenida, El Arte del Toreo”, por José Luis Rodríguez Peral

Don Rafael Barbosa Arzate

Apenas a los 14 años de consumada la Independencia, Don José Julio Barbosa funda la ganadería de Santín en el Estado de México, con ganado criollo que pastaba en los alrededores de Toluca. Tuvo dos hijos, Don Jesús María y Don Rafael Barbosa Arzate, quienes durante toda su vida se dedicaron a la cría de ganado bravo.

El primero heredó Santín a la muerte de su padre, y el segundo funda San Diego de los Padres con vacas criollas y sementales de El Salitre a mediados de siglo, Cuando Ponciano empezaba a torear, adquiere Atenco, que en esa fecha pertenecía al sobrino del último Conde de Santiago, directamente emparentado con la nobleza española.

A Don Rafael le toca presenciar el ascenso meteórico de Ponciano, que pasa de ser peón de su hacienda a figura nacional. Vive también la instauración del imperio mexicano, con Maximiliano al frente, y su caída, cuando las fuerzas liberales triunfan y Don Benito Juárez ocupa la Presidencia.

Le toca vivir su pasión taurina en las plazas capitalinas de San Pablo, El Paseo Nuevo y El Huizachal, situada frente al edificio que ocupa desde hace años la Secretaría de Defensa Nacional.

Va también ha Tlanepantla, cuando después de varios años de prohibición juarista, empiezan a darse corridas por los aledaños de la capital. Se emociona grandemente con las subidas en globo de Don Joaquín de la Cantolla y Rico eminente investigador mexicano en la ciencia de la aeronáutica, y es desde luego un hombre de su tiempo, un portador del progreso ideológico y material que el fabuloso siglo XIX trae a nuestro país. Hoy se lidian orgullosamente toros de Doña Celia Barbosa, descendiente directa de su hermano Jesús María y sobrina bisnieta suya. La historia sigue, y la del toreo seguramente que tiene todavía mucho que decir.

Saturnino Frugos “Ojitos”

Un banderillero, que como la mayoría empezó tomando también la espada y la muleta. Nacido en Fuente el Saz, cerca de Madrid, llega a ser subalterno del ídolo andaluz “Frascuelo”, cuando en su cuadrilla se produce la baja de Victoriano Recatero que pasa a torear bajo las ordenes de Mazzantini. Pero el hecho de ocupar está vacante es a todas luces solo una circunstancia favorable de su desarrollo profesional.

Parece que, en el fondo, en su intimidad de aficionado taurino, a quien verdaderamente admiraba era al rival de “Frascuelo”, el gran Califa de Córdoba “Lagartijo”, descubridor de la elegancia, la clase, el estilo en el toreo.

Con aquella inquietud en el espíritu, “Ojitos” parte a México en compañía de la cuadrilla de Ponciano a finalizar 1889. En su país adoptivo, torea como banderillero suelto, pero sobre todo trata de encontrar a algún discípulo capaz de aprender una forma de expresión taurina que él está seguro va a tener gran importancia en el futuro.

Funda una escuela de tauromaquia en León de las Aldamas, Guanajuato. Regresa a España casi 20 años después, cuando va a empezar la primavera de 1908. Su objetivo ahora es lanzar a la fama a un joven torero mexicano de singular garbo y desenvoltura. Se llama Rodolfo Gaona.

Continuará… Olé y hasta la próxima.