El futbol amateur de Nuevo León despuntaba y esto valió para que los presidentes de ligas reafirmaran su apoyo a la Asociación de Nuevo León, con el nuevo titular.
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Lo que auguraba nuevos horizontes, pues hay que recordar, antes del Lic Cantú, no obstante tener detectadas cerca de 60 ligas en el estado, si bien, muchas estaban afiliadas, contadas de ellas estaban al corriente con sus obligaciones.
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Este era el principal motivo por el cual don Raúl Torres, titular de la Asociación, no contaba con recursos económicos suficientes para solventar los gastos de un viaje al regional, mucho menos al Nacional.
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Es de mencionarse que se tenían ingresos propios, pero estos solamente provenían de las cartas de liberación como amateur para los jugadores que habrían de dar el salto al profesional.
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De igual manera se contaba con el presupuesto otorgado por el gobierno del estado, vía la dirección de deportes de Nuevo León, pero no era suficiente, ya que no solamente se programaban siete torneos nacionales en el año, sino que las selecciones debían sortear previamente el Regional.
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Nuevo León pertenecía a la zona cuatro, junto con los estados de Coahuila, Tamaulipas y San Luis, de donde saldría el representante de este apartado, pues solamente la categoría Juvenil Benito Juárez, para elementos de hasta 18 años, era de participación directa y obligatoria.
