Una multitiud de aficionados al fútbol visita este jueves la capilla ardiente de Salvatore ‘Totò’ Schillaci en Palermo (Sicilia, sur) para brindar una multitudinaria despedida al máximo goleador en Italia’90 y exjugador de Inter Milán y Juventus Turín, fallecido a los 59 años por un cáncer de colon.
El Estadio Renzo Barbera de Palermo se ha convertido tras su muerte este miércoles en el epicentro de la isla de Sicilia y la multitud se agrupó para despedir al ‘Héroe de las Grandes Noches’, como era conocido por su histórico Mundial de 1990 en el que llevó a Italia a las semifinales con 6 goles.
Tras permanecer abiertas ayer durante seis horas, la puertas reabrieron este jueves a las 07.00 (CET) para continuar con la despedida del mítico delantero, en el último día disponible para decirle adiós en el estadio.
A la capilla ardiente han acudido, además de decenas de seguidores y aficionados, los familiares, cargos políticos de la ciudad y los jugadores y el presidente del Palermo. El funeral será este viernes.
Schillaci, que ganó dos Copas Uefa (con el Juventus y el Inter), luchaba contra un cáncer que tenía desde hace algo más de dos años y tuvo que ser ingresado en el reparto de Neumología del Hospital Cívico de la capital siciliana desde el pasado 7 de septiembre tras haber empeorado drásticamente.
El exfutbolista palermitano, que tuvo que someterse a dos intervenciones por el cáncer desde que se detectara, empeoró después de que la enfermedad que parecía superada hace un año reapareciera de forma muy agresiva.
Ídolo en Italia 90 con actuaciones míticas, llegó al torneo como teórico suplente. Sus goles le colocaron como el delantero titular y lideró junto a Roberto Baggio a la ‘Azzurra’ a las semifinales, marcando ante Checoslovaquia, Uruguay, Irlanda y Argentina en las semis; además de un gol contra Inglaterra que decidió el tercer puesto final.
Seis goles con los que se aupó a lo más alto de la tabla de goleadores, recibiendo el apodo de Héroe de las Noches Mágicas y el reconocimiento como segundo mejor jugador del mundo, solo superado por Lottar Matthaus en el Balón de Oro.
Después de su periplo por Italia, de estar en Juventus 3 temporadas (1989-1992) y en el Inter otras 2, se marchó a Japón, donde jugó en el Júbilo Iwata hasta 1997, año en el que se retiró.