Para la historia olímpica quedó ya la imagen viral, casi como sacada de un cómic, de la tiradora surcoreana Kim Yeji, plata en París, disparando con sus gafas llenas de ‘gadgets’. Pero esas lentes están lejos de ser las únicas innovaciones tecnológicas presentes en las competiciones deportivas.
La mayoría se usan para apoyar el rendimiento de los atletas, como en el caso de las lentes especializadas, iris mecánicos y bloqueadores que utilizan los tiradores de élite, si bien el turco Yusuf Dikec también demostró que es posible hacer podio a la vieja usanza y con una mano en el bolsillo.
Otro clásico de cada cita olímpica es la guerra por ver cuáles son las zapatillas más rápidas de los Juegos, una disputa que este año se decantó del lado de la marca alemana Adidas y su línea más rompe-récords, las Adizero.
Para cruzar la línea de los 100 metros en primera posición a los 9,79 segundos, el estadounidense Noah Lyles se calzó en concreto unas Adizero Y3 Spike, creadas en colaboración con el diseñador japonés Yohji Yamamoto.
Pesan tan solo 195 gramos y sus materiales y características están pensadas especialmente para las carreras de velocidad.
Con los pies mucho más en el suelo que Lyles, como se debe hacer en su disciplina, consiguieron el miércoles pasado el oro los españoles Álvaro Martín y María Pérez en la primera edición olímpica de la marcha mixta.
Para lograrlo, Martín se enfundó camiseta ultratranspirable con efecto de liviandad extrema de la marca española Joma, que es patrocinadora de la federación nacional de atletismo.
Tiene perforaciones -destacan sus creadores- en su tejido de acabado en ‘jacquard’ que dejan que el aire entre y salga de la camiseta, lo que permite que el sudor se evapore y mantener constante la temperatura del atleta a lo largo de los kilómetros.
Los nadadores, en apariencia, saltaron a la piscina de la Defense con poco más que sus bañadores de neopreno -también diseñados para minimizar al máximo la fricción con el agua-, gorro y gafas.
Pero debajo de esas prendas podían encontrarse artilugios como los que emplea en sus entrenamientos el español Hugo González, sexto estos Juegos en los 200 espalda: un temporizador colocado en el gorro o un dispositivo para controlar su ritmo cardíaco, ritmo en la piscina y distancia, con conexión bluetooth para que su entrenador pueda monitorearlo.
En las horas de descanso, los deportistas de élite también usan diversos aparatos -como anillos, pulseras o relojes- para monitorear los periodos de recuperación o la calidad del sueño.
El escándalo de los drones para espiar al rival
En clave tecnológica llegó también uno de los primeros escándalos de París 2024, cuando el 24 de julio (dos días antes de la inauguración) la selección femenina de Canadá fue sancionada después de que un dron canadiense fuera avistado sobre el entrenamiento de la de Nueva Zelanda, su primera rival en el torneo.
Además de los seis puntos descontados al equipo, la torticera maniobra también llevó a que la FIFA impusiera una multa de 200.000 francos suizos y la suspensión de participar en cualquier actividad relacionada con el fútbol durante un año a la seleccionadora Bev Priestman y varios de sus colaboradores.
Pero no solo los atletas, sino, evidentemente, la propia competición se beneficia también cada vez más de la máxima tecnología punta.
Por ejemplo, en la gimnasia de trampolín, dos de los factores que componen la puntuación, el tiempo de vuelo y el desplazamiento respecto al centro del trampolín, se miden electrónicamente.
Unas plataformas colocadas bajo las patas de los trampolines miden tanto el tiempo que los gimnastas están en el aire como el lugar en el que aterrizan, teniendo en cuenta que caer exactamente en el centro vale 10 puntos.
Los aspectos estéticos también cuentan, no solo los deportivos, a la hora de innovar.
Así, la imagen ultradefinida de las cámaras de la organización arroja mejores tomas gracias al contraste que ofrece la pista de atletismo del Estadio de Francia, que facturada por la empresa italiana Mondo ha sorprendido al mundo con un innovador color violeta.
En París, el uso de la tecnología ha incluido también ya la Inteligencia Artificial (IA), que el COI ha empleado en esta edición desde para finalidades como la de vigilar los abusos en las redes hasta para la de crear compilaciones de los mejores momentos en vídeo de los juegos, en diferentes idiomas.