Aficionados que portaban la bandera brasileña recorrieron la pista antes de que se guardara un minuto de silencio a las 14.17 hora local (1217 GMT) en la curva Tamburello para recordar el momento del accidente que costó la vida al carismático brasileño, que tenía sólo 34 años.
“Senna fue una persona muy importante para todos los brasileños, una persona muy humilde, muy dedicada y con grandes valores que nos enseñó grandes lecciones”, dijo Renata Ewbank, una seguidora de Senna de Brasil.
“Y todavía hoy le echamos mucho de menos”, añadió.
Los aficionados también recordaron al austriaco Roland Ratzenberger, quien había muerto el día anterior a Senna tras un accidente en la sesión de clasificación. El mortal fin de semana de 1994 desencadenó una importante revisión de la seguridad, que cambió el deporte para siempre.
Bruno Senna, sobrino del campeón y expiloto de Fórmula 1, se encontraba entre la multitud, junto con los padres de Ratzenberger.
El Ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, y sus pares brasileño y austriaco, Mauro Vieira y Alexander Schallenberg, respectivamente, también asistieron a la ceremonia en el circuito.
Tras el minuto de silencio, se depositaron ofrendas florales en Tamburello, y los aficionados y el personal de seguridad comenzaron a aplaudir. También se colocaron pañuelos, flores y velas en una estatua de Senna en Imola.
Senna, que pilotaba para Williams, había empezado la carrera en la pole, con Michael Schumacher al lado en un Benetton.
El coche de seguridad salió rápidamente después de que el portugués Pedro Lamy chocó contra el Benetton de JJ Lehto, que estaba parado en la parrilla. Poco después de la reanudación, el auto de Senna se estrelló contra un muro de hormigón en Tamburello.
El brasileño fue trasladado en avión al hospital mientras se relanzaba la carrera, que ganó Schumacher. A las 18.40 hora local, casi dos horas y media después, se anunció que Senna había muerto.