El Amateur
Peñita era insistente y emocionaba a los chamacos a la práctica, pero aparte de no contar con apoyo económico, tampoco había lugar para jugar al futbol.
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Empezó a formar un equipo, luego otro y fue así como se crearon los primeros encuentros, aunque a falta de espacios, hubo necesidad de esperar la finalización de los duelos de beisbol, para que ellos entraran en escena.
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Esos encuentros se realizaban los domingos por las tardes, los cuales tenían sus seguidores, pero más que emoción por verlos, era curiosidad.
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En plena canícula se realizaban los encuentros y eso daba pié a que la gente le criticara sobremanera su proceder, “ese señor está loco, les va a dar insolación a los chamacos”.
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Era el comentario común de las personas, que miraban sorprendidos cómo aquella parvada de chamacos corrían tras de una pelota.
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La situación era crítica, los recursos no llegaban y era el mismo Peñita quien se enfundaba en el uniforme de árbitro para sancionar los encuentros.