Futbol Amateur

Al poner en marcha el siniestro plan, se habló con los directivos de todas las ligas que promovían torneos en los campos del río, para hacerles saber que debían pagar una cuota alta por utilizar los espacios en el río.

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Esto causó sorpresa, dado que dichos espacios habían sido creados por el gobernador don Alfonso Martínez Domínguez, quien dijo que las canchas “eran del pueblo y para el pueblo”.

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Pero el alcalde no se conformó con cobrarle a las ligas, sino también a todo aquel que deseara utilizar el río, con lo que de un plumazo acabaron con las “cascaritas”.

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Lo peor del caso fue que las cuotas eran exageradas, a razón de 720 pesos por hora de juego, cuando el ejercitarse era gratis y pasrticipar en los torneos solo se pagaba cien pesos por equipo.

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Lo anterior trajo por consecuencia que los cientos de equipos de las colonias del sur se disolvieran y aquellos jóvenes buscaran alternativas para utilizar el tiempo libre en otros menesteres.

-o0o-Fue así como la delincuencia y la drogadicción encontraron la oportunidad para que el negocio fuera a la alza, al grado que hoy es un monstruo que no se puede controlar, gracias a la avaricia de los políticos que hemos tenido.