Futbol Amateur

Los equipos formados al vapor llegaban de todos lados, en especial de las colonias del sur, como Independencia, Pio X, Nuevo Repueblo, México, Nuevas Colonias, quienes eran vecinos de la liga y tenían a su alcance el lecho del río Santa Catarina.

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Para atender la demanda de equipos, era obvio que se requería de árbitros, pero los que existían pertenecían al Colegio de Monterrey, además estos no se atrevían a sancionar los duelos de la CNOP.

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Una por falta de tiempo, dos porque los jugadores  mostraban conducta agresiva, dado que desconocían el reglamento y para colmo, la paga era menor a la que se percibía en el decano organismo arbitral.

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Fue entonces cuando el gordo Sagrero le encargaba a Lorenzo González, coordinador general de la liga y este a Homero Hernández, presidente de los árbitros, que se consiguieran silbantes de donde fuera.

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Al grado que los contados elementos de la CNOP debían sancionar hasta siete encuentros en la jornada sabatina y otros tanto en la dominical y por consecuencia terminaban exhaustos.

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Por ello se publicaba que si deseaban ganar una buena suma, se reportaran a la liga y ahí les informaban que el trabajo era para fungir como árbitro, donde los que aceptaban el compromiso, muchos de ellos fueron agredidos.

-o0o-Debut y despedida para muchos de ellos, porque al desconocer el reglamento salían despavoridos, ante la turba de jugadores, quienes buscaban hacerse justicia por su propio pie.